[Devocionario Católico]
Principal > Devociones varias


[Ir a la página anterior]
[Página 1]

[Ir a la página principal]
[Principal]

[Ir a la página siguiente]
[Indice]

PERDÓN Y ARREPENTIMIENTO
3. ORACIONES PARA IR A CONFESAR

Páginas: 1. Oraciones | 2. Oraciones para ir a confesar I
3
Oraciones para ir a confesar II

 

[Confesión. Estampa antigua]

(Y vino a El un leproso que, rogándole de rodillas, le decía: Si quieres puedes limpiarme). Aquel hombre se arrodilla postrándose en tierra lo que es señal de humildad y de vergüenza, para que cada uno se avergüence de las manchas de su vida. Pero la vergüenza no ha de impedir la confesión: el leproso mostró la llaga y pidió el remedio. Su confesión está llena de piedad y de fe. Si quieres, dice, puedes: reconoció que el poder curarse estaba en manos del Señor

San Beda
Coment. sobre S. Marcos

 

1. ORACIÓN PARA ANTES
DEL EXAMEN DE CONCIENCIA

Oh Señor y Dios de bondad Bien sé que Vos no queréis la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Por mi, Dios mío, cargasteis con la Cruz, y desde ella me llamáis, aunque soy la criatura más ingrata y pecadora: me llamáis, no para castigarme sino para perdonarme. Ayúdame Señor, para que haga con fruto esta confesión y sane de la mortal dolencia que me causaron mis pecados ¡Oh Virgen Soberana! Ayúdame, pues sois Madre y refugio de pecadores. No permitáis que el enemigo de mi alma impida lo que yo tanto deseo. ¿Cómo podré decir las enormes culpas y maldades de mi desconcertada vida, si la gracia de Dios no me asiste? Alcanzadme esta gracia, oh Virgen Santísima! Gloriosa Santa Magdalena, venid en mi ayuda, y, si en el pecar os he imitado, siga vuestro ejemplo en confesar mis pecados, y en hacer penitencia. Santo Angel de mi Guarda, ayudadme en todo. ¡Oh Dios mío, quién pudiera con lágrimas de sangre borrar tantas culpas!

*

2. ORACIÓN DEL PENITENTE PARA DESPUÉS
DEL EXAMEN DE CONCIENCIA

Padre lleno de clemencia, como el hijo pródigo que marchó hacia tu encuentro, te digo:

«He pecado contra Ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo». Cristo Jesús, Salvador del mundo, como al ladrón al que abriste las puertas del paraíso te ruego: «Acuérdate de mí, Señor, en tu Reino». Espíritu Santo, fuente de amor, confiadamente te invoco: «Purifícame y haz que camine como hijo de la luz».

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí, Señor, con misericordia, por tu bondad. (Sal 24, 67.)

Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado, pues yo reconozco mí culpa, tengo siempre presente mi pecado (Sal 50, 45).

Padre, he pecado contra Ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo. Ten compasión de este pecador. (Lc 15,19; 18-13).

Misericordia Dios mío por tu bondad. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí, que soy un pecador.

Dios mío, con todo mi corazón me arrepiento del mal que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer. Al pecar te he ofendido a Ti, que eres el supremo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado. Señor, por los méritos de la pasión de nuestro Salvador Jesucristo, apiádate de mí.

*

3. ORACIÓN PARA DESPUÉS
DE LA CONFESIÓN

Acabáis de decirme, Jesús, la consoladora palabra: Vete en paz, tus pecados te son perdonados. Me habéis purificado con vuestra sangre de la lepra de mis pecados; me habéis sacado de las garras del enemigo infernal; habéis roto los lazos de la muerte, abriéndome de nuevo el cielo. Vuestra paz y vuestra alegría han vuelto otra vez a mi corazón y me atrevo a levantar con confianza los ojos hacia Vos. Por toda la eternidad celebraré y cantaré vuestras bondades y finezas, en unión de los Angeles y los Santos. Pero me habéis dirigido también este severo aviso: "Ya has recobrado la salud, no vuelvas a pecar, no te suceda otra cosa peor". Cuando dirijo mi vista a lo pasado, me siento tentado de abandonarme al desfallecimiento. ¡Tantas veces como he prometido corregirme! y ¡cuántas no he sido desleal a las más santas resoluciones! Señor, yo soy flaco, y mi voluntad impotente contra la astucia del maligno y la violencia de las tentaciones. Sostenedme con vuestra gracia, os Lo pido por el amor de vuestro Sacratísimo Corazón. Con vuestra ayuda seré fuerte, con vuestra protección triunfaré siempre del enemigo. No me abandonéis en la lucha, cubridme con el escudo de vuestra amorosa presencia en el momento del peligro, a fin de que no vuelva a caer de nuevo en el pecado. Concededme también, Señor Jesús, el cooperar con fidelidad y perseverancia a vuestra santa gracia, y ya que mi voluntad está ahora firmemente resuelta, ¡oh, dulce Salvador mío! procuraré con todo empeño corregirme sirviéndome de los medios necesarios al efecto: en particular rechazaré tales malos pensamientos... en tanto me aperciba de su presencia en mi alma, oraré en las tentaciones y evitaré con cuidado las ocasiones peligrosas...

Completad, Señor, la obra de la gracia que en mí habéis comenzado. Amén.

[Ir a la página anterior]
[Página 1]

[Ir al principio de esta página]
[Subir]

[Ir a la página siguiente]
[Indice]



Principal | Eucaristía | S. Trinidad | Dios Padre | Jesucristo
Espíritu Santo | Virgen María | San José | Santos
Devociones varias | Lecturas | Información

Devocionario Católico - http://www.devocionario.com
Copyright - Enviar correo - Ayuda